domingo, 27 de noviembre de 2016

Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad en la que el hueso se vuelve más poroso, con más aire en su interior, aumentando el número y el tamaño de las cavidades o celdillas que existen en su interior (figura 1). De esta manera los huesos se hacen más frágiles, resisten peor los golpes y se rompen con mayor facilidad. Las fracturas son, efectivamente, el síntoma y la principal consecuencia de esta enfermedad.


Causas
El origen de la osteoporosis debe buscarse en los factores que influyen en el desarrollo y la calidad del hueso. El riesgo de padecer osteoporosis vendrá determinado por el nivel máximo de masa ósea que se obtenga en la edad adulta y el descenso producido por la vejez. Además del envejecimiento, en su aparición intervienen factores genéticos y hereditarios.
La desnutrición, la mala alimentación, el escaso ejercicio físico y la administración de algunos fármacos también pueden favorecer la aparición de la osteoporosis.

Sintomas
Los especialistas señalan que algunas fracturas vertebrales pueden pasar desapercibidas puesto que no se producen síntomas. En estos casos se pierde la oportunidad de frenar la pérdida de masa ósea y reducir el riesgo de nuevas fracturas.
Las fracturas más comunes en la osteoporosis son las del fémur proximal, humero, vértebras y antebrazo distal (muñeca).
Fractura vertebral
Fractura de cadera
Fractura de antebrazo distal

Prevención

La prevención de la osteoporosis es fundamental para evitar el avance de la patología. Estas son algunas recomendaciones para conservar y aumentar la densidad ósea:
  • Mantener un consumo adecuado de calcio.
  • Practicar ejercicios físicos en los que el paciente no tenga que soportar peso corporal. Algunos estudios recientes han demostrado que los ejercicios en los que es necesario que los músculos muevan los huesos mantienen e incluso pueden aumentar la densidad ósea. Uno de los más recomendables en este sentido es el body pump.  
  • Seguir un tratamiento farmacológico, si lo prescribe el médico.
·         Historia clínica y exploración física: debe obtenerse información detallada acerca de los factores de riesgo antes mencionados, aparición de dolor en la columna dorsal o lumbar, o cambio en la intensidad o características de un dolor ya establecido. En cuanto a la exploración física, la disminución de la talla o aparición de cifosis son signos tardíos.
·         Radiografía: (antero-posterior y lateral de columna dorsal y lumbar): es de gran utilidad para identificar fracturas localizadas y determinar la altura de los cuerpos vertebrales (se encuentra disminuido en caso de aplastamientos), pero su valor es muy limitado para determinar la masa ósea, ya que solo se observa cuando la pérdida de masa ósea es importante (generalmente superior al 30%).
·         Análisis de laboratorio: la fosfatasa alcalina es una sustancia de la sangre que aumenta, en la osteoporosis, cuando se está reparando una fractura. Además, puede ser útil la determinación de fósforo, calcio en sangre y orina, hormonas del tiroides, niveles de vitamina D, y pruebas para determinar las funciones hepática y renal.
·         Densitometría: es una exploración que utiliza dosis bajas de rayos X para determinar la masa ósea. Previamente se utilizaban la tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética. Como valor de referencia se utiliza el promedio de la densidad mineral ósea (cantidad de calcio y otros minerales que hay en una sección del hueso) de la mujer adulta joven sana (puntuación T o T-score en inglés). La diferencia entre el paciente y el valor normal se da habitualmente en desviaciones estándar (DS).
La Organización Mundial de la Salud clasifica la osteoporosis en función de los valores de la densitometría realizada en la columna o cadera y establece cuatro categorías:
·         Normalidad: densidad mineral ósea superior a -1 DS.
·         Osteopenia: densidad mineral ósea entre -1 y -2,5 DS.
·         Osteoporosis: densidad mineral ósea inferior a -2,5 DS.
·         Osteoporosis establecida: osteoporosis y fractura por fragilidad.

Tratamiento

Dieta adecuada rica en calcio
Aporte de vitamina D:
Evitar el consumo de tabaco y alcohol:
No excederse con la cafeína
Ejercicio físico diario:
Calcio y vitamina D
Bifosfonatos (ácido alendrónico, ácido risedrónico, ácido etidrónico)
Raloxifeno
Terapia hormonal sustitutiva (estrógenos/progestágenos)
Calcitonina
Teripratida

Denosumab




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