Factores de riesgo
En el entorno habitual,
doméstico, profesional o natural, podemos observar múltiples factores de
riesgo. Entre los domésticos, por citar algunos, encontramos los calefactores
de agua caliente regulados demasiado alto, el descuido con cigarrillos
encendidos, el fuego para cocinar, radiadores o estufas, enchufes en mal
estado, cableado eléctrico inadecuado o defectuoso... Los factores de riesgo
más frecuentes en el ámbito laboral suelen ser por exposición a sustancias
químicas, electricidad o radiación; y los naturales abarcan principalmente al
sol y a los rayos.
Valoración de una quemadura
El pronóstico de una
quemadura está en función de tres variables:
• Superficie afectada
• Profundidad, y
• Edad y antecedentes
patológicos del quemado
Complicaciones
Las complicaciones de las
úlceras pueden clasificarse en locales (de la herida en la piel), o sistémicas,
y a su vez éstas últimas pueden ser consecuencia de la propia quemadura, como
el shock o la sepsis, o bien al estado de postramiento y encamamiento al que se
ve sometido el paciente tras la lesión
Tratamiento de las quemaduras
Las quemaduras superficiales
que afectan a una pequeña parte de la superficie corporal pueden tratarse en
régimen ambulatorio, siempre y cuando no existan lesiones por inhalación. Recordemos
que en este grupo se incluyen: a)quemaduras de primer grado; b) quemaduras de
segundo grado superficiales cuya extensión sea menor al 15% de la superficie
corporal en adultos y del 10% de los niños; c) quemaduras de segundo grado
profundas que afectan a menos del 10% de la superficie corporal, y al igual que
en los casos anteriores, que no afecten a áreas críticas; d) quemaduras de
tercer grado cuya extensión sea inferior al 1-2% de la totalidad de la
superficie del cuerpo. El resto de casos serán enviados al hospital. El
tratamiento ambulatorio de las quemaduras requiere una historia clínica
detallada en la que queden reflejados datos tales como la hora a la que tuvo
lugar, el agente causal y la situación inmunológica del paciente.
Posteriormente se ha de realizar una completa exploración física, valorando las
lesiones, su localización y el grado de afectación de la piel, sin olvidar el
estado general del paciente, el cual ha de mantener sus constantes vitales
estables. A continuación se debe proceder con la limpieza y desbridamiento de
la herida, la prescripción de un tratamiento tópico y sistémico y con la
correcta explicación de las instrucciones de cuidado doméstico y citas
sucesivas.
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